Cómo una historia interrumpe la linealidad de las cuadras
Isabel Fernández
Caminando por la ciudad, recordé lo agradablemente gris que es. Observé los manchones verdes de los árboles simétricamente dispuestos a lo largo de la linealidad de las cuadras y, en un momento, tropecé con color. Un color puesto para iluminar la rutina, para darle forma con un propósito: para decir sos privilegiado. Porque en el ir y venir apurado por la calle, sin ver, atolondrado, nos perdemos de ver que otros no pueden circular.
Intervenciones de Sofía Bernasconi @reaccionrodante. De izquierda a derecha: 1. Intervención en bajada reglamentaria de cordón / 2. Detalle de la pieza / 3. Ingreso estación de subte Río de Janeiro, Línea A.
Entendí que las grandes metrópolis deben abrazan a todos, contener a todos los ciudadanos como hermanos, y en mi Buenos Aires querida vi cómo una artista nos hace re-pensarnos en todo lo que falta para que andemos libres y coloridos.
Su obra es irónica: nos allana el camino con mosaiquismo, ilustrando y marcando dónde podemos caer, tal como caía Alicia en el país de las maravillas, por los huecos. O también, hacernos sentir como ese personaje en la escena en la que había engrandecido su cuerpo y no podía pasar: la realidad es menos poética, hay estaciones de subte imposibles para personas con una movilidad reducida.
Su acto de rebeldía está lejos de pasar desapercibido ante las normas vigentes de accesibilidad, que se cumplen por obligación sin empatizar con el otro y sus necesidades para transitar. Me enamoré de su estudio in situ, cómo registra la falta, el pavimento, el bache o quiebre, y lo engalana con una historia que la inspira a devolverle el alma a nuestra ciudad. Después de todo, no podemos esperar a que ya sea tarde para ser conscientes, cuando nos enyesaron, embarazamos o la edad nos deje sentaditos en una silla y, recién ahí, preocuparnos por circular dignamente. ¿Acaso en nuestra Carta Magna no está garantizada la libre circulación? ¿Qué estamos haciendo para cumplirla?
Era necesario esperar la cachetada de realidad en la que todos podemos convertirnos en Alicia en algún momento de nuestras vidas y, siguiendo su ejemplo, por más que quieran pintarnos del color de la reina de corazones, es nuestro deber, como ciudadanos, velar por el prójimo y hacer una metrópoli para todos, en el sentido más amplio de la palabra.
Intervenciones urbanas: Sofía Bernasconi, artista plástica. @reaccionrodante