Procesos no lineales: hacia un algoritmo propio

Pedro Nolasco

miércoles, 13 de septiembre de 2023  |   

 

Al pensar en ciencia y tecnología informática aplicamos la idea de progreso con relativa naturalidad, y asumimos que son saberes acumulativos que se construyen a partir de conocimientos del pasado. Sin embargo, el progreso tecnológico podría no tratarse de progreso social; esta noción de progreso está intrínsecamente vinculada al objetivo y prioridades de los actores competentes y a su influencia sobre la sociedad. Los actos humanos no se dan en busca de razones o ideas universales, sino que les damos significado en una comunidad con una visión de futuro particular. En otras palabras, una comunidad en la que el rol de la inteligencia artificial aún está subordinado a la razón individual o colectiva.

Quizás, uno de los motores del progreso tecnológico sea el desarrollo intelectual asociado al bienestar general, y en este momento podríamos estar en un contexto que requiere estímulos para repensar el uso, tipo de aplicación y consumo de estas tecnologías. Aún estamos aprendiendo cuál es el papel que cumple ciencia, tecnología, producción y acumulación en un mundo con una desigualdad cada vez mayor, en el que las acciones para revertir los efectos del capitalismo industrial y el cambio climático son imperativas, conciliando las problemáticas socioeconómicas y ambientales, apoyándonos en la innovación, el análisis de la información y anticipando resultados. 

En este escenario de producción de nuevos conocimientos y proyectos destinados a la transformación de nuestro hábitat, el diseño y la inteligencia artificial están inextricablemente entrelazados y son existencialmente interdependientes. Esta tecnología afecta fuertemente a la generación de contextos en los que orbitan las oportunidades para la creatividad. Usamos servicios que la usan, consultamos fuentes que la usan y las usamos nosotros mismos. Corporaciones, agrupaciones e individuos, en mayor o menor escala, directa o indirectamente. En el estado de avance actual, afecta directamente a las fases necesarias para la renovación y el estímulo de la imaginación, afecta también la efectividad en los procesos creativos, el reconocimiento y análisis de estructuras de información, podría afectar incluso las manifestaciones de la vida espiritual, todas cuestiones esenciales para la supervivencia en y del mundo físico.  

Práctica en el contexto contemporáneo. Invención o doctrina [1]


Estudio de fachadas durante una noche, 1500 imágenes (2022).

En la práctica, el lugar que ocupa la inteligencia artificial en esta nueva revolución es protagónico y ascendente. Es temprano para dimensionar el real y profundo impacto que esta tecnología tendrá en el futuro. Podríamos arriesgar que acelerará aún más los procesos para llegar a instancias ya definidas y nos proveerá más eficientemente de medios para romper los límites preestablecidos. La imaginación, tanto individual como colectiva, tiene nuevas herramientas y complementos. Pienso a menudo en las constantes que seguirán ahí en el futuro, y sostengo que el modo de relacionar diseño e inteligencia artificial no radica en el posicionamiento metodológico de cada equipo o diseñador, sino que es una relación basada con el tiempo y con la búsqueda de eficiencia. Estas tecnologías podrían no afectar estructuralmente los procesos creativos, aunque están cambiando o afectando los resultados. Cada ser humano, cada equipo de trabajo, puede crear su propio algoritmo. De esta manera, los procesos no lineales para el desarrollo de proyectos adquieren una relevancia creciente e inevitable. 

Este cambio en el proceso de diseño, la inmediatez de los resultados, cambió asimismo la inmediatez de los puntos de partida y los resultados parciales que podrían ser parte de procesos iterativos. Cambió también el segmento temporal en el que verificamos lo que percibimos y pensamos. Estas herramientas podrían ser oportunidades para aumentar la complejidad de nuestros razonamientos, es decir, nuestros objetivos deberían moverse de acuerdo al contexto que habitamos y a las herramientas con las que contamos. Quizás debamos posponer las descargas instintivas, apoyarnos en el principio de realidad[2] y poner a la velocidad de respuesta en función de la complejidad por sobre nuestra tendencia natural a la reducción de complicaciones. Nos ayudaría a dejar de comprimir los procesos hasta cerrarlos a un solo segmento, a priorizar las necesidades de un contexto complejo. 

Transferencia de valores a las generaciones futuras. El desarrollo humano en un contexto tardocapitalista

Cuando tengas la oportunidad y opción de ser un creador, un consumidor o un redistribuidor, apuesta siempre por la creación. No solo conduce a un mundo más hermoso sino a una vida más gratificante. No te quedes estancado preparándote para el viaje, el momento es siempre ahora.

 —Joscha Bach 

Ejercicios y tareas repetitivas, obligación a la especialización, manejo e incorporación de datos a la memoria, cumplimiento de órdenes ciegamente, descansar lo indispensable para aumentar la productividad, son factores comunes que comparten algunos programas educativos, actores responsables en la transferencia de conocimiento y la automatización informática. 

El pensamiento crítico, la innovación, nuevos enfoques teóricos y la transferencia de metodologías que guíen y fortalezcan la autonomía, la posibilidad de complementarse con otros, seguirán siendo útiles para el desarrollo social en tanto sean transmisibles y el factor humano sea el que las agrupa, relaciona y conduce. 

Entiendo básicamente a las tecnologías informáticas como estructuras que nos permiten interactuar más complejamente con el mundo. Estas estructuras están naciendo si evaluamos la velocidad a la que evolucionan y la tendencia del impacto en nuestro desarrollo a partir de su implementación. Es difícil anticipar cómo serán las computadoras en el futuro, pero sí podemos elegir quiénes somos y construirnos mediante un algoritmo propio. 


[1] Arnauld, A., Nicole, P. (1662). La lógica o el arte de pensar.

[2] Laplanche, J., Pontalis, J. (1996). Diccionario de psicoanálisis. pp. 296-299.