Una película | Enter the void, de Gaspar Noé
Alberto Rebecchi
El mundo es una heladera desordenada
Primer round - Sigamos esta ecuación: vida-amor-muerte… todo esto sucede en un sitio, lugar donde viven los humanos. Esto es la ciudad, seres que sufren con pasión y patetismo esas acciones. La arquitectura es un soporte de sus vidas, su layer, su envase, su escena. Enter the void de Gaspar Noé es una de las experiencias más extraordinarias que se pueda vivir en una película: hipnosis y descontrol, psicodelia y low, low-fi; como si toda la vida estuviese iluminada por el faro de los autos de la policía… neón y pulso rítmico.
Incorporemos otras ecuaciones también: sex-money-power. La película está filmada en la ciudad de Tokio, los relatos de anticipación muchas veces relacionan a Tokio como una ciudad preliminar a cierto futuro de superpoblación e indiferencia. Noé sale a navegar como en un streetview, sobrevolando el drama, “droneando” loca y circularmente sobre esa maqueta llamada ciudad.
Segundo round - El gran viaje penetrante de luces en 2001 Odisea del Espacio se parece al de Oscar, el protagonista… una multiplicación de amebas de colores saturados se abren como una flor, con la cámara penetrando agujeros constantemente. Toda la película de Gaspar Noé está bajo el filtro til shift (simulación del mundo maqueta). “Dronea” con su cámara cada cuarto de hotel, cada vivienda… un mal viaje de un ánima que no quiere morir. Lo que vemos al estilo Dogville es la ciudad desde arriba, su demarcación de espacios. Noé presenta el mundo como simulación, y en eso se emparenta con la arquitectura… un mundo que parece una maqueta con vidas dentro. El mundo de Noé está inspirado en las pinturas de su padre, Luis Felipe Noé: un mundo de colores flúor y expresionismo abstracto… La ciudad de Tokio irradia en sus avenidas, y oscurece en sus laterales. Noé es un VHS, empaña las paredes de baños diminutos y destaca el centro acentuando el drama y la saturación de color… diferentes maneras de ver su realidad… un mundo como maqueta y un mundo a pesar de ella.
Tercer round - Reencarnar en una ciudad… ¿es ese un drama contemporáneo? Sexo como ejercicio, rojos sofocantes, adocenamiento, personajes abatidos, hombres sin atributos ni tiempo para el nihilismo… La ciudad como laberinto de nuestros males. Es muy difícil navegar e introducirse por esos ríos profundos, la vida y la ciudad tienen siempre pulsaciones cambiantes; se altera su ritmo por lo que nos sucede. El mundo de Noé es como un Italpark de psicodelia, de habitabilidad melancólica y confusa. Oscar dice “la droga es como una vitamina”… aparentemente el paraíso quedó mucho más lejos de la ciudad, y aunque el mundo es muchas veces adverso y desigual… yo también quisiera reencarnar en aquella piedra hacia el acantilado.