Un Croquis | Hay rayones que tienen sus razones
Oscar Padrevecchi
Caminar por la calle Defensa desde Plaza Dorrego hasta la calle Alsina, cerca de las 11 de la mañana, es un viaje desde una “azotea urbana” a un “subsuelo urbano”… Una vez, Clorindo (Testa), maestro y amigo, pensó “casitas” en las terrazas de un proyecto que estaba pensando frente a las “casitas” que asomaban por el muro del cementerio de la Recoleta… Otra vez una raya, ancha y negra, dibujada en el medio de una gran hoja de papel grueso me sumergía en el submundo, no visible, como en “pintura” o en “apariencia”. Ahí descubrí, asombrado, razones en un rayón… Entonces: creer y saber. Materia y espíritu. Identidad y diversidad en el mismo lugar.
En la abstracción veo la más descarnada esencialidad de la figuración… Existe allí una gran razón… Como si ese gran rayóndel universo cósmico contuviera la gran razón de la existencia humana y planetaria… Quizás por eso los espejos, los laberintos, las cuevas, los túneles, las casas tomadas… Los ríos y los vientos del sur… La ruta 40 y la autopista Buenos Aires-La Plata… La mezcla: ciudades, barrios, suburbios. Los carteles luminosos frente al obelisco y la Av. Diagonal Norte…Razones y Rayones. Entidad: el límite ahí, entre el arte y la arquitectura, entre la intuición y el conocimiento.
Un dibujo que se construye y se destruye a la vez. Como la luz de aquella estrella lejana, que después de millones y millones de años luz se hace ver, corpórea, brillante… “Nadie es solamente la persona que vemos” y “lo que vemos no es lo que es, es lo que fue…” (Frei Betto). Así la ciudad, la gente, sus monumentos. Arquitecturas. Esquinas. Tramas. Vivencias y convivencias.
Observador y observado son un todo. Entonces debemos sustituir el término “observador” por “participante”, como sugiere el físico JohnWheeler. Quizás porque para completar las obras uno no está solo, está con otros. Presencias y ausencias. Reales e imaginarias…Todo alimenta y realimenta el hacer e imaginar…El crear e inventar. Razónde ser y estar y todo, quizás, no es más que un rayón.