Un Libro | Cada vez que decimos adiós, de John Berger
Ismael Eyras
John Berger (Londres, 1926) quizás ya no precise de muchas presentaciones para muchos de nosotros: pintor, crítico de arte, escritor y divulgador de la cultura desde un compromiso social férreo, es un mito viviente. Cada vez que decimos adiós (Keeping a Rendez-Vous en su versión original) es una recopilación de sus ensayos tempranos, publicados entre los años setenta y noventa. Como ya hiciera en su primer libro de ensayos, Mirar, Berger parte de una obra de arquitectura, una pintura, una escultura o una fotografía, y extendiendo el campo de la crítica, hilvana desde allí reflexiones sobre la sociedad, la naturaleza del arte, sobre las relaciones humanas, la explotación y la lucha de clases, la historia, la muerte o la belleza. Berger mira al mundo de frente y nos habla de todo lo que ve en él sin eufemismos y con una erudición y lucidez enceguecedoras. Como a Terencio, nada humano le es ajeno, nada ignora su prosa poética: Pollock, Allende, Le Corbusier, Turner, Esopo, Zurbarán, los murales en la capilla Scrovegni…
“… a menudo el arte ha juzgado a los jueces, vengado a los inocentes y enseñado al futuro los sufrimientos del pasado para que nunca se olviden. Sé también que en ese caso, los poderosos le temen al arte, cualquiera sea su forma, y que esa forma de arte corre entre la gente como un rumor y una leyenda porque encuentra un sentido que las atrocidades no encuentran, un sentido que nos une, porque es finalmente inseparable de la justicia. El arte, cuando obra de ese modo, se vuelve un espacio de encuentro de lo invisible, lo irreductible, lo imperecedero, del valor y del honor.”