El Consejo y los Códigos
CPAU
El miércoles 10 de marzo se desarrolló la primera jornada de la audiencia pública en la que se trataron las Modificaciones al Código de Edificación de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, Claudia Lanosa, vicepresidenta primera del CPAU, sintetizó las propuestas que llevamos desde del Consejo y expresó nuestra posición, además de presentar un documento en el que se describe minuciosamente el análisis técnico que desarrollamos.
Los comentarios de la vicepresidenta hicieron foco en aportar a la elaboración de un Código de Edificación que contribuya a un futuro urbano más habitable e inclusivo y que muestre la consonancia con la realidad del ejercicio profesional.
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Audiencia pública 10 de marzo 2021 »
Antes de detallar algunos puntos del exhaustivo informe técnico presentado, que recoge el trabajo y el análisis de un equipo técnico convocado por el Consejo, Lanosa remarcó la importancia de recuperar la concepción Plan-Modelo-Código y la articulación de todas las piezas jurídicas en la concepción y en la gestión. «También proponemos incorporar cambios y mejoras en la redacción aprobada en primera lectura, así como en la versión original de 2018», agregó.
Entre las propuestas del CPAU, Lanosa hizo mención a las figuras que intervienen en una construcción. «La propuesta es plasmar una clara definición de cada una de las personas que intervienen y evitar así la confusión de roles y tareas que pueden llevar a la atomización de las responsabilidades».
También se refirió a los trámites: «Insistimos en la necesidad de incluir un tiempo máximo de respuesta por parte de la autoridad de aplicación. También reiteramos que las observaciones deberán hacerse en una sola notificación. Una vez enviada la notificación con las observaciones, ya no podrán incorporarse otras nuevas, salvo las correspondientes a las respuestas del o de la profesional a las originales. Esto es fundamental porque la dilación y arbitrariedad en la implementación de los procesos de aprobación trae un perjuicio a toda la matrícula en su imagen profesional».
Dicho esto, la vicepresidenta abordó las cuestiones de habitabilidad. «A pesar de nuestra insistencia en estos temas, ya en la modificación de 2019, se redujeron las condiciones de habitabilidad en los locales de primera en todas sus expresiones, desde el monoambiente hasta la medida mínima de los dormitorios. En la actual modificación se produce un aumento de superficies de tránsito (pasos, escaleras, etc.) y se disminuyen aún más los espacios esenciales. Esta pérdida de calidad de vida, la estrechez claustrofóbica de las superficies mínimas, resulta hoy inadmisible», enfatizó.
Por supuesto, el contexto hace inevitable reflexionar acerca de la forma de habitar en tiempos de pandemia. «El desafío hoy es pensar la vivienda en el marco de la pandemia y los avances en las comunicaciones. Es por ello que proponemos una mejora en las tablas de superficies mínimas y en la necesidad de que cada vivienda tenga una obligatoria expansión al exterior. Consideramos que la normativa debe asegurar buenas condiciones de habitabilidad y de salubridad y, por lo tanto, es importante establecer claramente medidas y superficies mínimas a cumplimentar en los proyectos tanto de vivienda como de oficinas y de estudios profesionales como de escuelas. Este código debe reflejar en su modificación alguna de las tantas reflexiones que nos obligó la pandemia y el significado que tomaron los ámbitos residenciales en la cuarentena, por lo que consideramos absolutamente necesario no retroceder, sino por el contrario incrementar los requerimientos tanto en su dimensionamiento como en los de iluminación y ventilación».
Lanosa mencionó tres condiciones fundamentales a preservar: las medidas y superficies de los locales habitables, la ventilación cruzada y la expansión obligatoria. «Por otra parte, reiteramos que, si no era admisible la reducción de dimensiones mínimas desde un principio, menos lo es después de la pandemia», insistió.
Otro capítulo se relaciona con la recuperación de los edificios existentes. «Debe quedar claro el alcance de la adecuación a las normas actuales, poniendo límites hasta dónde se debe adecuar o no el edificio, cuidando el recurso edilicio en general y, en particular, el de los edificios patrimoniales. En cuanto a los temas de accesibilidad y medios de salida proponemos separar estos dos conceptos a fin de clarificar sus requerimientos», aclaró. Y la arquitecta Lanosa avanzó en su lectura sobre algunas cuestiones técnicas que requieren la participación de especialistas. «Esa fue nuestra sugerencia en relación a temas ambientales y de sustentabilidad».
«Por último, y si bien estamos de acuerdo en cuanto a que el cuerpo de la ley debe reunir los objetivos del Código, y los Reglamentos Técnicos deben profundizar en lo prescriptivo, la redacción de estos últimos deberá ser el resultado de un trabajo conjunto entre las áreas de gobierno involucradas, organismos técnicos y asociaciones profesionales, buscando evitar así inconsistencias entre los enunciados y los medios para alcanzarlos. Adjuntamos como insumo el Anexo Técnico pormenorizado mencionado al principio de esta presentación, esperando que los cambios que proponemos sean incorporados por el bien no solo de nuestra matrícula sino de toda la ciudadanía y de la Ciudad», concluyó.
La importancia de regularizar las obras
Dos días antes, Claudia Lanosa también participó de otra audiencia pública en la que presentamos nuestra posición para la creación del Régimen Especial de Regularización de Construcciones y Obras llevadas a cabo en contravención.
Audiencia pública 8 de marzo »
Texto completo de la vicepresidenta Claudia Lanosa »
«Nos importa que se regularicen las pequeñas obras porque son las que benefician a las y los profesionales que intervienen en esta tarea, a la vez que a propietarios y propietarias. E insistimos en que no es suficiente que sólo pagando se permita regularizar y contravenir el Código Urbanístico», en relación a la creación de este régimen especial.
Además de referirse a la necesidad de contar con un/a profesional con matrícula para determinadas tareas, Lanosa expresó que «es indispensable contar con un reglamento que establezca las especificaciones y adecuaciones claras a cumplir para que las regularizaciones queden sujetas a las mismas».