Unificar y agilizar
Diego Boyadjián
A lo largo de los años el Código de Edificación vigente fue sufriendo innumerables modificaciones debido a la incorporación de nuevas técnicas constructivas, normas de seguridad o accesibilidad. A su vez, el mal uso de las edificaciones y la inseguridad en las obras derivó en un aumento de los requerimientos al sistema de presentación de trámites.
Estos cambios surgidos en algunos casos ante la urgencia por reglamentar luego de una tragedia generaron un código que perdió uniformidad de criterio y adoptó un carácter prohibitivo más que propositivo.
Creo que la redacción del Nuevo Código de la Edificación que está emprendiendo la Subsecretaria de Registro, Interpretación y Catastro del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es una gran oportunidad para modificar algunos aspectos conceptuales y reglamentarios del texto, con el fin de mejorar la calidad de las obras y el ejercicio profesional.
Opino que es importante establecer un sistema ágil y tecnológico de actualización de nuevos materiales y técnicas constructivas.
Tambien creo necesario simplificar el proceso de presentación y registro de planos, permitiendo obtener una más rápida aprobación de un proyecto, el cual pueda luego completarse con las instalaciones e ingenierías específicas previas a la ejecución de la obra.
Finalmente, y lo que considero más importante, incorporar nuevas responsabilidades a las ya existentes en el proceso de proyecto, proyecto ejecutivo, ingenierías, administración y ejecución de las obras, tales como gerenciadores o administradores.
Esos nuevos actores incorporados, deberían ser responsables co-solidarios con arquitectos, ingenieros y comitentes.
Frente a la ausencia de un arancel reconocido públicamente en la Ciudad de Buenos Aires, es el Código de Edificación una de las herramientas que puede ayudar a defender los derechos de los profesionales.