La cuestión central del área central
Mora Aráuz
Decía Julián Marías: si deseas explicar algo, tienes que contar una historia. Una mujer se tiró a la calle desde un 9º piso. Su muerte no la explica la ley de gravedad, aunque haya sido la causa. Lo explica su depresión, que se explica por… y contamos la historia.
También decía Marías en su artículo “La fuerza organizadora de las ciudades”:
Una cuestión especialmente interesante es la relación entre la arquitectura y el urbanismo, es decir, entre el arte de construir edificios y la preocupación por sus conjuntos, por las ciudades. Durante la mayor parte de la historia, la arquitectura ha dominado y el urbanismo como tal casi no ha existido. Sin embargo hay viejísimos antecedentes… Aristóteles introduce en La Política a Hipódamo de Mileto, el primero que, sin ser político, intentó hablar del régimen mejor… Hipódamo llega a ocuparse de la civitas, desde la urbs, desde la ciudad física compuesta de casas, calles, plazas. (La Nación, 10 de diciembre de 1988).
Salvando las distancias de tiempo y jerarquía, eso me ocurrió, pero a la inversa: de la polis a la urbs. Paso a contar ese viaje.
De la Kettering Foundation trajimos, con María Gowland, la metodología de los National Issues Forum, y la adoptamos y adaptamos para deliberar sobre temas urbanos. Las deliberaciones de los foros que organizamos en la Fundación Ciudad implican una democratización de la información obtenida de expertos y de quienes sufren los problemas y aspiran a ser parte de las soluciones. Plantean alternativas con sus pros y contras, costos y beneficios.
En un seminario de la Kettering Foundation en Dayton Ohio, hace ya muchos años, un maestro de primaria de Tasmania contó que a sus alumnos, a falta de certezas, les enseñaba to be comfortable with uncertainty [sentirse cómodo en la incertidumbre].
En un escenario de falta de certezas globales, nacionales y locales mucho mayor, sin contar con un Modelo Territorial elaborado con la participación que impone la Ley 2930, el Ejecutivo de la Ciudad envió a la Legislatura proyectos que la mayoría automática le permitió transformar en leyes. Sin tener todo el plano se recortó el área central, delimitando un área quizás por demás extensa, dando por cierto que la situación post pandemia iba a prolongarse y que el vaciamiento del área central llegó para quedarse.
Prácticamente todas las semanas viajo parada en subte a Catedral y me cruzo con gente que camina apresurada, muy probablemente a sus empleos. El área central no está muerta. Incluye Áreas de Protección Histórica (APH), acervo monumental y magníficos edificios patrimoniales.
Se asume que las oficinas podrían transformarse con alguna facilidad en viviendas, especialmente para jóvenes estudiantes. Dejo el tema de la factibilidad a los arquitectos.
La Fundación Ciudad presentó en el Consejo del Plan Estratégico un Proyecto de Recomendación al Poder Ejecutivo elaborado por nuestra asesora, la arquitecta Iliana Mignaqui, que el CoPE hizo propio. Intentamos que el Instituto de la Vivienda lo tratara, pero la Ley de Vivienda Asequible de la CABA, con la que se intentaría paliar el crónico déficit habitacional de la ciudad, no prevé rehabilitación de viviendas, solo apunta a nuevas construcciones. El proyecto no fue considerado a pesar de que el Instituto había organizado un seminario en que las bondades de la rehabilitación fueron planteadas desde la experiencia de Montevideo.
¿Está el Tesoro de la endeudada CABA en condiciones de comprar propiedades y ofrecerlas en alquiler protegido a los estudiantes o a familias de ingresos medios o medio-bajos como lo hacen las mejores ciudades europeas?
¿Quién podría comprar esas propiedades e invertir para su acondicionamiento, si ni el Banco Ciudad ni ningún otro tienen hoy, con una inflación desbocada e intereses impagables, cartera de créditos hipotecarios?
Quizás algunos desarrolladores podrían comprar a precio vil y esperar, como lo hacen los inversores que afrontan el “riesgo país” comprando títulos de nuestra endeudada Argentina, con lo cual el área central, lejos de mejorar, empeoraría.
Por otra parte, ¿está el Estado local en condiciones de comprar propiedades para rehabilitarlas como escuelas o centros de salud y de expropiar por ley solares no patrimoniales deteriorados, para generar pequeñas plazas y dar aire a los vecinos de un área tan densa?
La organización Basta de Demoler presentó en la Legislatura un Proyecto de Ley, que la Fundación Ciudad y organizaciones vecinales avalan, para la expropiación del predio lindante al maravilloso Convento e Iglesia de Santa Catalina de Siena. Sumemos apoyos. Si la intención del GCABA es realmente la de brindar habitabilidad y bienestar integral al área central y a sus vecinos actuales y futuros, debe hacerlo suyo, aportando un espacio verde recreativo y absorbente.
Sobre el área central se ciernen dos grandes peligros: la tugurización y la gentrificación. Para no caer en ellas es necesaria una amplia deliberación entre urbanistas. ¿Cuántos nos van quedando? Un exdecano de la FADU, con breve y no recordable trayectoria, me ilusionó con la reapertura de urbanismo como carrera de grado. La urbs es demasiado importante para dejarla solo en mano de los arquitectos. Mucho menos de desarrolladores y funcionarios de turno.
Desde una mirada interdisciplinaria es necesario pensar a mediano plazo en el futuro del trabajo. Es posible que el empleo tal como lo conocimos los que calzamos unos cuantos años, cambie pronto. Los bancos y muchas dependencias públicas, antes atestadas, están hoy casi desiertas, y no solo en el área central. ¿Qué tanto del trabajo lo realizará una inteligencia artificial, que no necesita viviendas?
¿Tomaremos por permanente la situación actual de protestas y movilizaciones en Plaza de Mayo, 9 de Julio, Corrientes y Callao, Congreso, Leandro Alem… que con sus redoblantes, cohetes, altoparlantes atentan contra el uso permanente?
¿Seguiremos apostando a la densificación en un escenario de cambio climático, en el que no parece razonable aumentar la isla de calor?
La mixtura de usos es deseable, como es deseable el planteo morfológico que nos prometió el Código Urbanístico y se incumple sacrificando, Convenios mediante, la identidad de los barrios y el asoleamiento de la viviendas de menor altura.
El sprawl que avanza sobre tierras productivas con urbanizaciones cerradas ¿puede ser detenido con alternativas como las que plantean las Leyes 6406, 6508 y 6509? ¿Quién desea la transformación del área céntrica que postula el Art. 1 de la Ley 6508 y una publicidad invasora que no cesa?
En vocabulario de mundial ¿no habrá llegado el momento de parar la pelota y plantear escenarios, deliberar, evaluar alternativas, abrirlas a una genuina participación, como lo quiso el Art. 1 de la Constitución y los instrumentos que ella crea, antes de producir cambios imprudentes y lastimar aún más a la alicaída área central?
¿No habrá llegado el momento de releer a Octavio Paz en su Hablo de la ciudad?: “hablo de la ciudad inmensa, realidad diaria hecha de dos palabras: los otros… hablo del gran rumor que viene del fondo de los tiempos… hablo de la ciudad, pastora de siglos, madre que nos engendra… nos inventa y nos olvida”.