El camino para generar ciudades razonables y resilientes lo lideran los proyectos que saben integrar y colaborar con los ritmos de la naturaleza, en lugar del histórico modelo que intenta domesticarla y explotarla. La clave para encontrar el camino en el desarrollo de ciudades resilientes es, sin duda, la articulación sabia de sociedad, tecnología y naturaleza. Las implicancias territoriales y urbanas requieren políticas proactivas
tanto en la generación de nuevas leyes como en la debida aplicación de las mismas. Es esencial la reformulación de un nuevo equilibrio de fuerzas que priorice las búsquedas creativas de soluciones que brinden beneficios sociales y ecológicos.