Coexistencia en tiempos de COVID-19

Mónica Cohen

jueves, 7 de enero de 2021  |   

Interdependencia entre especies: la naturaleza nos ofrece ayuda y esperanza a medida que reconstruimos un nuevo sistema todos juntos.


La biomímesis estudia el uso consciente de la naturaleza como fuente de inspiración y la sistematización de la investigación a través de una metodología no lineal. Dentro de la disciplina se encuentra la rama de estudio del diseño biofílico, investigando cómo la naturaleza ayuda a las personas y a las empresas a prosperar.

El diseño biofílico significa traer la naturaleza al espacio íntimo del hogar, es replicar las sensaciones que experimentamos cuando estamos en la naturaleza, es restaurar nuestro equilibrio con una serie de herramientas para reducir el estrés, ayudar a la recuperación y mejorar el bienestar físico y mental general. Existen múltiples beneficios al crear estos estados humanos positivos en muchas de las tipologías de edificios que son importantes para nuestras vidas. Las personas siempre han sido intuitivas sobre la naturaleza y el diseño biofílico: los elementos de la naturaleza en el diseño permiten que florezcan la creatividad y el bienestar. 

«Básicamente, la biofilia es cómo y por qué amamos estar en la naturaleza y alrededor de ella», dice Oliver Heath, experto reconocido en el campo de la arquitectura y el diseño de interiores sostenibles, y enfatiza en la importancia de adoptar un enfoque holístico al remodelar o construir edificios. Crear un diseño urbano híbrido, donde se pierdan los límites entre el interior y el exterior, es una oportunidad para aprender a coexistir con la naturaleza. 

A veces, nos olvidamos de que todo lo que hacemos repercute a nuestro alrededor porque estamos interconectados. Es una cuestión de visión, de tener una nueva mirada: nosotros somos naturaleza.

Foto de Josh Withers en UnsplashComo metodología, la biomímesis es una invitación ética a crear con respeto hacia la naturaleza, reconectando con ella y emulándola. Nos propone un método para limpiar el aire, el agua y el suelo de la forma en que la naturaleza debe hacerlo cuando los ecosistemas se ven afectados. Cuando en un diseño se trabaja con biomímesis, se adquiere el poder de transformar el entorno diseñado por humanos en ecosistemas vivos y respirables como los que encontramos en el mundo natural.

«La vida crea condiciones propicias para la vida», tal como definió Janine Benyus, pionera de la biomímesis.

«¿Cómo viviremos junto con todas las demás especies? Edificios como árboles y ciudades como bosques proponen una evolución de los paradigmas de la arquitectura modernista de mecánica a orgánica y que lo cambia todo. Donde la arquitectura se diseña a través de procesos regenerativos que imitan la interrelación ecológica», dice el arquitecto y diseñador croata Marko Brajovic.

Esta metodología es un nuevo movimiento nos ofrece ayuda y esperanza a medida que reconstruimos un nuevo sistema todos juntos, nos invita a pensar en la transformación del nuevo paradigma apoyando a la vida de manera eficaz, impulsando nuevas estrategias económicas y mejorando nuestra salud colectiva para todas las especies de la Tierra. Es tiempo de recategorizar cómo percibimos y usamos los espacios urbanos al aire libre.

En nuestro proceso de investigación, descubrimos otra disciplina que se llama metabolismo urbano, que documenta y analiza el flujo de materiales y energía en entornos urbanos. Uno de sus principales objetivos es estudiar cómo los sistemas de la naturaleza y los sistemas creados por el hombre interactúan e influyen entre sí.

El objetivo de la biomímesis es consultar a la naturaleza no sólo como modelo, sino también como medida, estableciendo parámetros de rendimientos ecológicos para emular los servicios de los ecosistemas; lo que, junto a la plataforma del metabolismo urbano, se vuelven herramientas cada vez más importantes en nuestro esfuerzo por medir los impactos del cambio climático y utilizar esas medidas para tomar decisiones sobre el desarrollo urbano sostenible, particularmente en un mundo tan alterado por el COVID-19.

La naturaleza nos está dando una clase magistral, estamos presenciando su recuperación y nos está ayudando a tomar conciencia de cómo se puede ser más resiliente y resurgir de las crisis.

Estamos transitando un momento especial para elegir la vida, la salud y un mañana mejor. La naturaleza no lo desperdiciaría, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo.