Polo Científico Tecnológico en las ex Bodegas Giol

Emilio Schargrodsky

lunes, 9 de diciembre de 2019  |   

El proyecto del Polo Científico Tecnológico fue un trabajo que realizamos mediante un convenio con la FADU a través de su Secretaría de Relaciones Institucionales, la cual se vinculaba con el Ministerio de Ciencia y Tecnología[1], creado justamente cuando fuimos seleccionados mediante el concurso de anteproyectos organizado en el año 2007.

Exposición Dinosaurios en el C3. Foto: Emilio Schargrodsky.Así es como la relación entre comitente y arquitectos estaba mediada por los interlocutores de la FADU, quienes realizaron un seguimiento de todas las etapas del trabajo. Nuestro encargo consistía en adecuar el proyecto del concurso a las necesidades del nuevo ministerio y realizar los planos y pliegos licitatorios incluyendo asesorías técnicas.

El proyecto era muy diverso, ya que albergaba oficinas para el ministerio, la Agencia Nacional de Promoción Científica y el CONICET. También contaba con un área cultural, que incluía un auditorio para 500 personas y salas de eventos, biblioteca y salas de exposición. En particular también albergaba varios institutos de investigación, entre ellos, la Sociedad Alemana Max Planck, con requerimientos técnicos muy específicos que demandaban un intercambio de información constante con el comitente. Se pudo llevar adelante de acuerdo a los tiempos preestablecidos gracias a la conformación de un equipo de trabajo integrado entre el estudio, la FADU y el ministerio.

El comitente contaba con un equipo que interactuaba permanentemente con el estudio, siempre con la presencia de los interlocutores de la facultad. En particular un científico muy prestigioso consensuó las decisiones y fue quien «empujó» los avances del proyecto.

El área cultural planteada en el proyecto original sufrió algunas adaptaciones y tuvimos la oportunidad de volver a participar convocados por los interlocutores del C3 (Centro Cultural de la Ciencia) quienes, una vez avanzadas las obras, delinearon el espíritu de esta área del edificio. La flexibilidad del proyecto permitió la adecuación a nuevas necesidades sin inconvenientes. La buena relación establecida hasta entonces con el comitente se vio afirmada en el llamado a los proyectistas para adecuar el proyecto.

El Polo Científico Tecnológico es un proyecto muy querido, por el carácter público de la propuesta y la oportunidad de realizar un proyecto de envergadura, gran diversidad y complejidad. La casual cercanía con mi casa me permitió volver a visitarlo en infinitas oportunidades. Ver el parque repleto de familias que lo disfrutan da sentido a esta profesión. Lo mismo ocurre cada vez que visito el espacio Lugar a Dudas del C3 o el auditorio para asistir a alguna actividad de divulgación científica.[2]

Usuarios en el C3. Gentileza MINCYT.En particular he tenido la oportunidad de ingresar a los institutos de investigación y me ha resultado muy reconfortante ver a los científicos investigando con equipamientos complejos en los laboratorios planteados en el proyecto.

Creo que fue un modelo de relación con comitentes muy positivo que ojalá se pueda seguir repitiendo.

Respecto del tratamiento en la facultad de la relación con el cliente, recuerdo que en mi formación (entre 1986 y 1993) el estudio del rol del comitente y la idea del profesional brindando servicios estuvo bastante ausente. Todo quedaba recortado a un listado de superficies en un programa de necesidades. Espero que en la actualidad los deseos, presupuestos, tiempos y otros requerimientos del comitente formen parte de la información que determine el proyecto y sean temas de estudio en la formación de los profesionales en las facultades. 


[1] Hoy Secretaría de Ciencia, Técnica e Innovación Productiva.
[2] Sugiero ver las actividades en www.ccciencia.gob.ar


Autores de Proyecto Polo Científico Tecnológico 2PS arquitectos (Roberto Parysow, Emilio Schargrodsky, Jessica Parysow); Arq. Germán Hauser; Arq. Daniela Ziblat.

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