Actividad académica | Directivo

Mónica Fernández

jueves, 29 de diciembre de 2016  |   

Arquitectura. Vocación, capacitación e inserción

Las preguntas que orientaron mi vocación por la carrera de arquitectura se relacionaron con la modalidad de trabajo y con las oportunidades de capacitación que ofrece nuestra disciplina. Las respuestas que fui encontrando, en función de las necesidades de cada tiempo, hicieron posible mi inserción en el mundo productivo, y casi simultáneamente, en el mundo académico.

A lo largo de mi camino profesional debí reflexionar acerca de diferentes aspectos que irían moldeando mis intereses. Desarrollar el sentido de la observación; adquirir la capacidad de emocionarme ante la naturaleza y la obra construida; descubrir la oportunidad de colaborar con la construcción del hábitat y de la ciudad; reconocer que, además de grandes y medianos emprendimientos, los arquitectos debíamos cumplir una función social… fueron algunos de los interrogantes a los que debí enfrentarme, considerando la particularidad de la carrera, de ser a la vez humanística y técnica.

Siempre me pareció tan importante como el ejercicio profesional para el que se nos preparaba, el desafío de participar de la formación de las nuevas generaciones, y retribuir así con nuestra experiencia en ese ámbito.

Hoy desde el lugar que me brinda la actividad académica, como Decana de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Belgrano, intento sobre todo alentar a mis estudiantes en una formación ética, que les permita responder a las demandas de la sociedad con la mayor honestidad.

El mercado laboral de la arquitectura requiere de los profesionales, estándares de excelencia para proyectar, dirigir obras, investigar y gestionar proyectos educativos, entre algunas de las alternativas posibles. Como educadora, creo fundamental que una buena capacitación debe considerar el cuidado, y la construcción de un marco de valores sociales de responsabilidad, para que los jóvenes profesionales puedan enfrentar el mundo con las mejores competencias.

La evolución de la arquitectura impacta en la formación de los arquitectos. En estos tiempos, la sustentabilidad urbana y arquitectónica, así como el compromiso por la inclusión social, sin desatender la identidad de su propio lenguaje, se constituyen en paradigmas a los que se debe dar respuesta. No fueron los mismos hace cincuenta años, seguramente se modificarán en el futuro. Nuestro compromiso como formadores es atender a esas transformaciones. 

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