Hacer interiores es hacer atmósfera

Roberto Caparra

miércoles, 15 de marzo de 2017  |   

Me crié en el Barrio Norte por azar.
Siempre miré esa arquitectura suntuosa desde afuera queriendo estar adentro.
Tardé muchos años en darme cuenta que ser arquitecto y decorador era realizar la vocación frustrada de mis padres....

Siempre digo que, detrás de una aparente frivolidad, para hacer interiorismo se necesita conocimiento y mucho detalle. El volumen de información es enorme y su documentación exhaustiva.

Hacer interiores es hacer atmósfera.
Hacer interiores es interpretar la esencia de la arquitectura que genera ese adentro y exaltarla.

Es una actividad muy placentera y minuciosa. Un buen interior emociona, envuelve y resuelve.

Transmite equilibrio del espacio, la luz (y su opuesto la sombra), el color y las texturas. Alberga la vida afectiva del que lo usa, favorece su acción cotidiana.

Siempre digo que, detrás de una aparente frivolidad, para hacer interiorismo se necesita conocimiento y mucho detalle. El volumen de información es enorme y su documentación exhaustiva.

Pensar con un lápiz en la mano, imaginar y dejar fluir las ideas es uno de los grandes placeres de mi vida. Compartir el quehacer con la “tribu” del estudio me colma y me llena de agradecimiento.
Con Cora, mi socia, somos un viejo matrimonio arquitectónico; una mirada nos alcanza a veces para definir un pensamiento sobre el papel o un giro en una conversación.

Me gusta el cliente, sus pedidos y dar respuesta a ellos. Me gusta dar servicio.

Disfruto muchísimo dibujando, el lápiz es mi compañero de todo momento, casi clavado a mi mano. Soy del lápiz y el papel, Y me regocija cuando un espacio terminado queda igual que un bosquejo inicial. 

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