Cultura | Artes visuales

Jorge Sarsale

viernes, 17 de marzo de 2017  |   

Mi punto de inflexión en el rumbo profesional está relacionado con Tony Díaz. Fui docente en la cátedra durante 3 años, 5 años después del egreso de la FAU.

Compartí con Tony, y con compañeros docentes y alumnos, charlas, ejercicios, investigaciones y discusiones sumamente enriquecedoras.

Amplió mi visión sobre las problemáticas del diseño, consolidó ideas teóricas y de la práctica misma de la producción arquitectónica.

La satisfacción de concretar un capítulo fundamental en mi formación y desarrollo profesional, me habilitó paulatinamente a dedicarme por entero a la pintura, ya de manera profesional. Como artista, mi trabajo se nutre de los contextos más que de la historia del arte, conlleva y se beneficia del pensamiento arquitectónico: la definición de la superficie del plano, como área total de intervención, como recorte arbitrario de una situación puntual, donde no existe fondofigura, donde el tratamiento de esa superficie a través del papel triturado y controladamente aplicado sobre el plano, adquiere su apariencia pictórica.

Fue en la propia práctica artística donde la investigación, apropiación, y desarrollo del uso del papel para la producción de las piezas, lo consolidó como el material fundamental.

Trabajo sobre la idea de lo que no tiene visibilidad, lo que está debajo de la superficie, considerando a la superficiecomo esa membrana que habilita a ir más allá de la apariencia.

La profundización de la investigación de la materialidad fue en paralelo con la búsqueda de la propia voz, de una propia manera de decir. 

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