Actividad académica | Docencia

Justo Solsona

jueves, 29 de diciembre de 2016  |   

Me habré decidido por arquitectura cuando, ya terminando el secundario, debía elegir carrera; y mi padre, que era dentista, me propone estudiar odontología y ser su ayudante cuando estuviera en 3° año. Entonces creo que huí hacia la arquitectura.

La facultad, que recomienza en el año 1983, fue el otro lugar en mi vida cotidiana, se estaba reorganizando y entonces, después de un encuentro inolvidable con el Arq. W. Acosta; me invitó a ser jefe de trabajos de su nuevo taller, donde enseñé desde 1956-1958. También fui en esa época docente del taller del Arq. Carlos Méndez Mosquera en su cátedra de visión.

Allí empezó mi carrera docente.

Esos años que corren desde que me recibo hasta 1966, noche de los bastones largos, renuncia masiva de los docentes, fueron años intensos, de enseñanza y aprendizaje al lado de W. Acosta, Borthagaray, Coire como decano, Rissieri Frondizi como rector. Lo veo hoy como un periodo luminoso en mi formación.

Han transcurrido muchos años, muchos alumnos, muchos arquitectos formando conmigo los equipos de profesores de los talleres de arquitectura, estoy lleno de los mejores recuerdos de aquellas épocas. Sin duda enseñar, o eso que hacemos en los talleres, tiene algo de académico y algo de mágico, buscando las mejores ideas para los problemas del hoy y aquí, como diría W.A. asombrado más de una vez al ver el avance de los proyectos de nuestros alumnos, y siempre convencido que la facultad de arquitectura de la UBA es la mejor opción para emprender el aprendizaje de la arquitectura.

Hay otros temas, escritos, clases, juicios, que forman parte de la vida de un docente, pero por hoy está bien. 

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